La mejor estrategia para construir liderazgo político es contar con una idea poderosa y concentrarse…

¿Qué tiene una buena campaña de marketing político digital?
La campaña del hoy presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en 2008, revolucionó la forma de hacer marketing político. El uso de las redes sociales, portales web, influenciadores online, gestión de blogs, encuestas y otros aspectos cambió la competencia tradicional por un cargo público.
En la actualidad, cualquier campaña de marketing político digital debe considerar dos cosas: la presencia del candidato y su partido y las consecuencias de lo que hacen fuera de la red.
¿Qué debe entonces tener una buena campaña de este tipo?
- Fuerte presencia en internet: El candidato y su partido deben tener garantizada una presencia interactiva, planificada y atractiva en internet. Eso dependerá de contenidos de calidad y de aspectos que realmente enganchen a los usuarios de las redes sociales. No hablamos para las mismas personas. Hay distintos tipos de votantes y estos se ubican en zonas geográficas variadas, por lo que no puede haber un mensaje único. La presencia del candidato dependerá de si su mensaje viajará vía whatsapp o si aparece en un post de Instagram. Puede que también hable por Twitter o aparezca en vivo en Facebook. Las posibilidades son casi infinitas.
- Seguimiento online: El secreto está en el ruido online, en escuchar constantemente qué se dice del candidato, del partido, de sus acciones, de su eslogan y de cada cosa que se haga. Para esto, es básico analizar qué contenido se mueve en internet, medir si los comentarios son positivos o no, clasificar de dónde surgen los datos y si las apreciaciones están argumentadas. Además, no debe olvidarse a la competencia, frente a la cual debe estarse un paso adelante.
–Las preguntas básicas en este punto son: ¿Qué se dice? ¿Quiénes lo dicen? ¿Cuándo se dice? ¿Cómo se dice? ¿Dónde se dice?
- Logro de objetivos: Medir la efectividad de las campañas es otro asunto de gran importancia, pero no sólo si llegó o no el mensaje, sino cuáles fueron los temas o ideas que generaron más impacto, lo que sí funciona. Pasa por estudiar si el tiempo de la campaña fue el ideal y si cada posible votante percibió en su mente lo que se quiso transmitir.
Al final, se trata de meterse en la mente de los votantes, de cuidar la información que se le ofrece y de también jugar el rol del político. Este último, debe manejar términos como geolocalización, campaña 24×7, análisis de contenido digital y tracking.
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